Seguridad total

Los ojos, la piel y los pies son las zonas del cuerpo más vulnerables cuando se trabaja con gases refrigerantes. Saber protegerlos es esencial para evitar daños irreversibles.

 

Seguridad total

 

A l igual que en la construcción, la instalación de un sistema de acondicionamiento requiere práctica y preparación; entonces, ¿por qué los técnicos HVAC olvidan protegerse contra los peligros que podrían originarse en el área de trabajo?

Los riesgos van desde lesiones por incendio, choques eléctricos y fugas de gas, hasta la posibilidad de que el minisplit o aparato a colocar se resbale y caiga sobre uno de los pies.

Para hacer frente a estas contingencias, es recomendable recurrir al uso de diversas normas e indumentaria.

Para el cuidado de los pies
Como técnico HVAC se trabaja con cargas que, por lo general, superan los 10 kg y se colocan a una distancia de entre 2 y 3 metros de altura, lo que incrementa la posibilidad de que, en caso de caída, el miniplit provoque lesiones en uñas, huesos, músculos, articulaciones o ligamentos.

Los zapatos de seguridad con casquillos de poliamida están estructurados para prevenir daños, tanto en el metatarso como en las uñas, además de evitar fracturas por compresión.

El tipo más recomendable es aquel que cubre hasta los tobillos (borceguí) o la bota que cubre por arriba de éstos. Para evitar resbalones, las suelas antiderrapantes son vitales; también las de hule vulcanizado, dadas sus propiedades absorbentes al agua y de mínima deformación en caso de compresión.

Hay ciertos aspectos que deben tomarse en cuent  al trabajar con los refrigerantes R-22 y R-410A, como el uso de camisa de manga larga y de algodón, lentes de seguridad y guantes de piel o nitrilo.

Estos últimos están fabricados con un látex sintético de gran resistencia química muy flexible. Resultan adecuados para todo tipo de pieles, por su carácter antialergénico.

En el caso de la protección visual, lo conveniente es comprar lentes de seguridad para protección contra salpicaduras, fabricados de material anticorrosivo y no inflamable. Están diseñados con marcos ligeros, lunas panorámicas de policarbonato (antiempaño) y completamente cerrados.

Prevención general
Riesgo de asfixia
Bajo condiciones de óptima operación, estos gases no son tóxicos ni inflamables; sin embargo, a presiones altas sí pueden llegar a hacer combustión. Por ello, cuando se buscan fugas, nunca debe utilizarse aire para presurizar un sistema cargado con R-410A o R-22.

El vapor del R-410A es más pesado que el aire y tiene la capacidad de desplazarse, por lo que, en caso de liberación, puede provocar asfixia e incluso la pérdida de conciencia.

Irritación en nariz y garganta
Se deben evitar fuentes de alto calor cerca de vapores de R-410A, para impedir la producción de compuestos tóxicos. Los vapores liberados son muy fuertes y, en ocasiones, causan irritación en la nariz y garganta. Bajo ninguna circunstancia se deben cortar o soldar tuberías que contengan residuos de R-410A.

Riesgo de quemadura
Por su rápida absorción de humedad, este refrigerante puede quemar la piel. En las quemaduras por congelación, los primeros síntomas son la palidez o enrojecimiento y la pérdida de sensibilidad e hinchazón. En caso de sufrir estos síntomas debe lavarse a profundidad la zona dañada, con abundante agua tibia, por un periodo de 15 minutos.

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